MANOS
UNIDAS 2018
Un día hoy que puede ser especialmente significativo en nuestras constantes de actitud y comportamiento solidario que hemos de mantener todos los días. Pero también es un día que nos incita a hacer una especial reflexión en consonancia con los objetivos que nos sugiere MANOS UNIDAS. Para ello podemos ayudarnos del material que nos proporciona esta ONG.
En relación con el problema del hambre en el mundo nos encontramos con propuestas que han de realizarse en los mismos lugares donde más abrumadoramente existe. Las aportaciones económicas hacen posible que nuestra solidaridad llegue a la gente que sufre el problema de la carencia de alimentos o del resto de los necesarios recursos para sobrevivir. Depositamos nuestra confianza en quienes ponemos en sus manos los donativos a tal efecto, que a veces algunos desalmados minan al desviar el dinero hacia otros fines, sean lícitos o ilícitos. Estaremos siempre por encima de estas contingencias.
Pero hay propuestas que podemos llevar a cabo aquí mismo donde vivimos, pues nos afectan a nosotros, a nuestra vida. Entre ellas, no debemos abarcar muchas, estas pueden ser algunas:
a.- Apoyar sistemas de producción sostenibles y respetuosos con el medioambiente, basados en modelos agroecológicos, buscando, para integrarnos en ellos, alternativas de consumo acordes y así al mismo tiempo fomentar una manera diferente que no suponga una agresión a la Madre Tierra.
b.- También tenemos que hacer atención a la necesidad de financiación que tiene el nuevo sistema alternativo de producción. El mundo de las finanzas no suele considerar razones que no sean estrictamente económicas, en concreto sólo tiene una única razón: la obtención del máximo beneficio en el tiempo más corto. Para dar respuesta a este problema han nacido las bancas éticas entre cuyos objetivos está el apoyar con sus créditos la producción ecológica. Estamos obligados a conocerlas y a participar en ellas, superando el miedo a salirlos de los cauces del sistema bancario habitual, que por otra parte tanto criticamos y donde seguimos depositando nuestros ahorros sin saber absolutamente nada del empleo que le dan o siendo conocedores de que no lo harán a nuestro gusto, pues será sin importarles nuestro criterios éticos de sostenibilidad y respeto ambiental.
c.- Apoyar un nuevo modo de consumir. El criterio, pues, no puede ser simplemente elegir siempre lo más barato porque así ahorramos y podremos comprar más. Tenemos que considerar por qué esas cosas son más baratas. Puede ser porque hayan sido hechas por personas mal pagadas o esclavizadas. ¿No tendríamos que considerar esto a la hora de hacer nuestras compras? Se suele argumentar en contra del comercio justo o ecológico que esos productos son más caros. Pensemos que podemos compensar el sobregasto ecológico consumiendo de manera más adecuada, superando el usar y tirar, no comprando lo que no necesitamos, eliminando todo tipo de despilfarro. Es decir, cambiando nuestro estilo de vida consumista haciéndolo poco a poco cada vez más sostenible y, como consecuencia, más solidario.