40 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE GASPAR

 

Gaspar había caído en la lucha contra la dictadura somocista el 11 de diciembre de1978. Al acercarnos al 2018, el Foro GGL pensó que el 40º aniversario de su muerte debiera ser resaltado de manera especial con actividades que estuvieran a nuestro alcance. El fin central de lo que se hiciera debía ser dar a conocer los valores que motivaron la vida de este valiente misionero asturiano, que las terribles circunstancias sociales de Nicaragua le obligaron a participar, muy a su pesar, en la lucha armada que se mantenía en este país.

Gaspar tenía solamente dos opciones. Una era cerrar los ojos, y el corazón, para no ver, ni sentir, la sangrante realidad de la vida del pueblo nicaragüense, campesinos en su mayoría, que estaban sometidos a una férrea dictadura para mantener la explotación que, por una parte, enriquecía mucho a unos pocos, mantenía en una vida mejor a un pequeño grupo de clase media de profesiones liberales y mandos intermedios y, por otra, empobrecía mucho a la gente trabajadora. Esta era la opción cómoda, viviendo, como la mayoría de los clérigos, al calor del sol de los ricos, dedicando su vida a impartir los sacramentos a quienes llegan a la iglesia y enseñando una religión que prometía bonanza feliz en la otra vida.

La otra opción que tenía Gaspar es la que escogió. Abrió los ojos y el corazón, especialmente sensible al dolor de los demás. Vio y sintió el sufrimiento de la gente, desamparada, en manos de usureros de riqueza, que, sin escrúpulos los empobrecían y los sometían empleando todas las fuerzas de las que dispone un Estado. Asume, ya desde su llegada, el compromiso de ayudar a esta gente y se pone a su lado. Cuando es consciente de que la única solución es terminar con la dictadura de la familia Somoza y que el camino no es otro que la lucha armada, que ya están haciendo varios grupos, es entonces cuando toma la decisión de entrar en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Sabía que estaba arriesgando su vida, pero pensaba que la causa merecía la pena. Terminó muriendo ametrallado en una refriega contra la Guardia Nacional somocista.

En este 40 aniversario, lo que algunos queremos resaltar de Gaspar es haber escogido el camino más difícil, el que le complicaría la vida hasta el extremo de morir: ponerse al lado de los débiles y defenderles. En un primer momento tratando de despertarles del letargo paralizante en el que vivían, haciéndoles ver que era necesario movilizarse, no cruzarse de brazos ante la injusta situación a la que estaban sometidos. La fe cristiana no nos obliga a estar mirando solamente al más allá. También nos exige hacer un mundo mejor, “el Reino de Dios”, que se fundamenta en la justicia, el amor, la paz… La segunda etapa fue aquella que oficialmente inició con la declaración de la navidad de 1976. Se pone ahora al lado de los que están luchando en el Frente. Fue una decisión costosa, pues como él mismo dice había sido educado para una misión muy diferente. Su generosidad y sus renuncias son también ejemplares.

Para esto queremos hacer memoria especial de Gaspar en el 40 aniversario de su muerte: para recordar los valores, los sentimientos y las ideas que animaron su vida y le dieron fuerza para asumir su compromiso al lado de los que estaban sufriendo la violencia de las permanentes injusticias, de detenciones arbitrarias, de torturas y demás vejaciones…  y para, en la medida de nuestras posibilidades, tratar de imitarle, tal como hoy nosotros consideremos mejor.

23 de junio de 2018